Para culminar una
negociación de manera exitosa, debemos tener siempre presente que a pesar de que cada conflicto es completamente diferente y no hay cómo estandarizar
procedimientos para solucionarlos, hay cosas fundamentales que no debemos
olvidar a la hora de debatir y defender nuestros intereses.
No tengas miedo de solicitar lo que necesitas: el objetivo primordial de una negociación es obtener algo que tú deseas. Debes mostrarte asertivo y cuidar de no ser agresivo
Plan de negociación: se debe realizar una serie de investigaciones y escenarios para poder obtener la información necesaria
Muestra interés y escucha: es importante mantener la buena educación durante el intercambio de palabras, ya que mantendrá accesible a la persona con la que negocias.
Saber cuándo callar: tomando en cuenta la regla no. 2, debes tener anotados o en mente los puntos de tu interés que se abordarán en la negociación.
Resume tus puntos: cada vez que digas algo importante, haz un resumen de lo que recién dijiste para que la otra persona tenga claro lo que estás diciendo
Ignorar y manejar las amenazas de los demás: cuando el tono de la negociación se intensifica, debes ser muy sereno e intentar manejar las emociones de la otra persona.
Evitar sorpresas y molestias: no dejes datos importantes ni información que pueda alterar el curso de la negociación en una dirección indeseada o que no puedas controlar. Debes ser honesto y abierto desde un principio.
Siempre ten la posibilidad de rechazar: no es recomendable acudir a una negociación sin tener muchas opciones. No debes confiar en la buena voluntad de nadie durante una situación de negocios.
No des nada sin obtener algo a cambio: en el momento que das algo sin recibir nada a cambio, siembras una idea errónea en la otra persona. Estarás estableciendo una situación donde tú tendrás que dar un poco más cada vez que se te ofrezca algo, la idea es siempre una crear situación ganar-ganar.

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